Si tenemos claro algo, es que las viviendas sostenible son y serán tendencia durante los próximos años. Buscamos una eficiencia energética que tiene que pasar por este tipo de adaptaciones y teniendo en cuenta el ahorro en luz que nos aportan, parece que hay más alicientes. Ahora bien, ¿qué sabemos de las placas solares? Sabemos que el Gobierno quiere dar importantes subvenciones y que parece un momento propicio para lanzarse a ellas. No obstante, quizá tengamos algunas dudas. ¿Cómo funcionan exactamente? ¿Cuántas necesitaría una vivienda? ¿Qué precios se están dando en el mercado?
¿Cómo funcionan?
De una forma sencilla y resumida, podemos decir que los rayos solares chocan con las placas, que están compuestas por materiales semiconductores. Estos materiales transforman la energía que reciben de los rayos en electricidad.
Las placas solares están compuestas por las celdas solares. Estas son, en realidad, las encargadas de realizar esta transformación. Son pequeñas células fabricadas en silicio cristalino o arseniuro de galio. Asimismo, se mezclan con otros componentes como el fósforo y el boro para que se puedan formar dos partes: una con electrones negativos y otra con positivos.
El sol cae sobre las placas, momento en el que los fotones mueven los electrones de la parte donde sobra carga negativa hasta la parte en la que falta. A medida que los fotones liberan electrones, se irá generando más electricidad. Es así como se consigue la corriente continua, que se irá almacenando en baterías hasta que finalmente se convierta en corriente alterna, que es la que llega a nuestro hogar.
¿Cuántas necesito para mi casa?
Una de las preguntas más frecuentes es cuántos paneles vamos a necesitar. El número de paneles depende de cuánto consumes, pero también de cómo consumes e incluso de las características geográficas de la zona en la que vives. No obstante, podemos hacer una estimación según consumo (bajo, medio o alto). De esta forma, en una vivienda en la que se consume hasta 2.000 kWh serán necesarios de 2 a 4 paneles. En una vivienda con un consumo de 2.000 a 5.000 kWh se necesitarán en torno a 5 o 7 paneles. Asimismo, en una vivienda con un consumo mayor de 5.000 kWh requerirá un número de paneles mayor de 7.
Así, por ejemplo, una vivienda unifamiliar necesitaría una media de 3 placas solares de 320W de potencia por cada 2.000 kWh de consumo anual. No obstante, como comentamos, para poder seleccionar el número adecuado, también es importante tener en cuenta las características de los paneles por los que optemos y de las características de la vivienda.
¿Cuánto cuestan?
En el presupuesto final influirán, además del número de placas, aspectos como el tipo de inmueble, su ubicación, las horas de sol, el consumo diario y el tipo de instalación. Es cierto que es posible encontrar placas solares desde 1.000 euros, pero lo más normal es que su precio oscile entre los 2.000 y los 10.000 euros dependiendo de modelos y diferentes casas. En función de la calidad, la potencia y el tipo de placa por la que optemos, el precio de los paneles puede oscilar entre los 34 y los 400 euros por unidad.
Es necesario saber que, además, también hay que instalar un inversor. Es la pieza clave encargada de transformar la energía acumulada en energía utilizable en nuestro hogar. El precio de esta pieza ronda entre los 400 y los 1.600 euros.
Como comentábamos al principio, necesitaremos baterías solares que almacenen la energía para poder usarla por las noches o en los días en los que no contemos con muchas horas de sol. Hay muchas opciones, desde las baterías monoblock, las estacionarias o las de litio. Estas últimas son las más funcionales, pero también las más caras.
Hay que añadir también el coste en estructura de soporte, el contador bidireccional, el cableado o el regulador de carga. Sólo la estructura ya puede costar más de 400 euros, llegando en los casos más complejos casi a los 1.000 euros.
Por último, también hay que añadir la mano de obra que siempre debe ser de un especialista. Esta mano de obra suele costar entre los 600 y los 1.200 euros.