Carlos E. Vallejo.
Son ya muchos años sufriendo el difícil acceso a la vivienda de la población balear. Armengol lleva más de ocho años diciendo lo que nunca hace. Es una gran paradoja siempre decir que se van a construir miles de VPO y cuando se llega al final de la legislatura, apenas pasan del centenar.
Si analizamos el artículo 47 de la Constitución Española, declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada y atribuye a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho.
No se está cumpliendo en absoluto, la segunda parte del artículo, ya que los poderes públicos no están, ni han estado capacitados en hacer políticas ágiles que creen riqueza y bienestar a los ciudadanos en materia de vivienda.
Realmente en Marzo del 2023, el problema del acceso a la vivienda se ha convertido en una bola con muy difícil solución que requiere un consenso real de todas las fuerzas políticas a largo plazo (mínimo 15 años) donde los profesionales privados del sector tengan protagonismo de decisión, ya que las fuerzas políticas, da igual del signo que sean, han demostrado con creces, su gran incompetencia para poder solventar esta lacra.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?.
Recordemos, que no hace muchos años, aproximadamente 15 o 20 años atrás, la comunidad balear era un mercado donde la vivienda era barata y asequible. Estábamos en unos índices de precio tanto de venta como de alquiler asequibles.
¿Y cómo hemos llegado hasta aquí?
Son la suma de muchos factores, entre los que me gustaría destacar:
1.- Somos un territorio limitado. La insularidad condiciona mucho, la gestión del suelo a la baja.
2.- Protección del entorno. No olvidemos que nuestra industria es el turismo y para ser competitivos, es fundamental que protejamos nuestro mejor activo que es el ámbito territorial. Esto ha provocado en los últimos años, más de 800 hectáreas hayan salido del mercado inmobiliario.
3.-Al ser un destino turístico de primer orden mundial, se necesitan trabajadores de fuera que venga a vivir aquí.
4.- Somos una comunidad, donde el aumento de la población es continuo desde hace más de 30 años. Somo un destino atractivo, con un entorno envidiable, donde tanto la población nacional como europea se traslada a vivir todos los años.
5.- La segunda residencia de la población extranjera representa un 40% de la venta de viviendas y el nuevo concepto de teletrabajo, provoca que muchos nómadas digitales quieran disfrutar de varios meses en las islas Baleares.
6.- Desde el 2008 no se construyó ninguna VPO hasta el el 2018. Los índices de construcción de VPO en los últimos años has sido ridículos en función de la demanda.
7.- En los últimos 4 años ha habido 19 modificaciones legislativas que han creado mucha demagogia política con una efectividad real muy escasa.
8.- Falta un consenso urbanístico de modelo de ciudad entre los principales partidos políticos.
9.- Gran inseguridad jurídica en estos últimos años, que no favorecen la inversión privada.
10. Ha cambiado radicalmente el modelo de vivienda. En la actualidad son 2,6 miembros la media por cada hogar.
Todos estos y muchos más factores han creado la “Tormenta perfecta”:
Donde el acceso a una vivienda asequible es inviable para gran parte de la población.
La tasa de esfuerzo es de un 60%, frente a un 30% en la península. Lideramos todos los datos negativos en cuanto a el aumento del precio de la vivienda, del alquiler y para más inri los costes de los materiales de la construcción se han multiplicado por siete, con una inflación galopante que no favorece la concesión de créditos hipotecarios.
Faltan de trabajadores formados. El número de construcción de viviendas nuevas es el mas bajo desde hace años, suelo escaso y muy caro. En definitiva vamos directos a colapsar el mercado inmobiliaria y como dijo hace poco, la regidora de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma, Neus Truyol, de habilitar contenedores marítimos como viviendas para paliar el déficit de oferta asequible del mercado inmobiliario.
Soluciones.
1.- Se debe hacer “URBANISMO” en mayúsculas, a medio largo plazo y con un compromiso de las principales fuerzas políticas. Definir en un gran consenso el modelo de ciudad que queremos.
2.- Acuerdo Público-privado. Se hace má necesario que nunca, un convenio de colaboración entre ambos, combinando el beneficio de las empresas y la creación de vivienda social.
3.- Crear VPO plurifamiliares reales en número. La previsión es que se necesitaría 135.000 viviendas más para el 2036.
4.- Licencias de obra más ágiles en la otorgación.
5.- Facilidad en los cambios de usos.
6.- Poder construir en vertical. Mayor altura, menor impacto en el el entorno.
7.- Revisar el modelo de hogar. La tendencia son a pisos más pequeños, con menos miembros y más baratos.
8.- Organismo público del alquiler que garantice el pago de la rentas a los arrendadores de colectivos menos favorecido.
9.- Plan de impulso de adquisición de vivienda para los jóvenes. Ayudas, subvenciones en la solicitud de créditos hipotecarios para la primera vivienda.
10.- Estabilidad normativa y seguridad jurídica que facilite la inversión.
Después de analizar la situación del mercado balear y comprobar que en estos últimos ocho años “se han matado moscas a cañonazos”, me gustaría destacar un factor que por lógico que pueda parecer, se debe insistir, ya que la realidad nos ha demostrado la nefasta gestión pasada.
Es muy simple poner en los puestos de responsabilidad urbanística a profesionales del sector.
El pasado verano ya vimos en Ibiza como determinados funcionarios obligados a desplazarse a la isla mal vivían en autocaravanas y tiendas de campaña. En Mallorca en la Carretera de de Sineu ya hay asentamientos ilegales de casas prefabricadas.
Si no le ponemos remedio ya, las dos próximas generaciones no podrán tener acceso a una vivienda digna.