Carlos E. Vallejo.
Bienvenidos a Palma de Mallorca, capital de la isla de la calma.
Disfrutar de la belleza de este tesoro del Mediterráneo, donde la luz que desprende, eleva el alma a un estado de felicidad durante tu estancia. El refrán dice que el que conoce la isla, siempre vuelve.
Los consejos que voy a compartir contigo dependen mucho del número de días de tu estancia y de la época del año que estés (básicamente, verano o invierno).
Los fines de semana son suspiros de tiempo libre, que bien aprovechados son los mejores recuerdos de tu vida.
En Palma de Mallorca y digo bien, aunque entre los coetáneos la conocemos como Palma, siempre llevó y debe llevar el apellido de Mallorca para no crear confusión con las múltiples variantes de la palabra Palma.
Supongamos que llegamos un viernes por la tarde. Ducha en el establecimiento que te encuentres hospedado y te planteo diferentes opciones antes de la cena.
1.- Paseo por los jardines del Hort del Rey y el Parc de la Mar.
2.- Si llegas antes de las 20.00 un paseo por la calle Jaime III, pasando por la plaza de «Juan Carlos I» hasta llegar a disfrutar del Gran Hotel.
3.- En el caso de que no estés en el centro hospedado. Te recomiendo seguir leyendo esta guía, donde encontrarás información muy valiosa sobre nuestra isla favorita.
Cena.
La oferta es inmensa. Os dejo reseñas de aplicaciones muy operativas para buscar restaurantes:
https://cometemallorca.com/
https://guide.michelin.com/es/es/islas-baleares/palma/restaurantes
Santa Catalina.
Antiguo barrio de pescadores, se ha convertido en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad, donde el mestizaje cultural lo domina todo.
La oferta gastronómica es inmensa, los hay de toda clase y colores. Yo solo recomiendo donde he estado y como últimamente no salgo mucho, solo os puedo recomendar estos dos: casa rosita ( imprescindible reservar) italiano casero muy bueno.
https://www.facebook.com/casarositasantacatalina/
La Rosa Vermutería & Colmado
http://www.larosavermuteria.com/es
Mejor en invierno que en verano.
Local a la antigua usanza con corazón de vanguardia. Tapas y raciones de comida casera y auténtica.
Camareros como toca, simpáticos y profesionales.
Molinar.
Es un barrio, también pescador al lado de Palma que está frente al mar, donde hay muchos restaurantes con terraza que ofrecen un sin fin de tapas y paellas. “Como en botica hay de todo”, buenos, malos.
Aquí recomiendo no para cenar, sino para comer, el bungalow, es un clásico de paellas y fideuas en frente del mar.
https://m.facebook.com/Restaurante-El-Bungalow-500735799946763/
Pa amb oli
El pan con aceite es una sencilla preparación tradicional de la isla. Originalmente se refiere a un pan mallorquín aliñado con aceite de oliva virgen extra, sin embargo progresivamente el plato se ha completado con un tercer ingrediente, que es el tomate (preferiblemente se restriega el pan con tomates de “ramallet”).
Una vez terminada esta sencilla preparación, se suele poner jamón serrano, queso o cualquier embutido que se precie.
En el barrio de Santa Catalina había un clásico que era; Sa Llimona. Buenos pambolis que duró muchísimos años.Murió en la pandemia.
Una vez terminada la cena, se debe tener una buena tertulia. Igual o más importante de lo que comemos, es con quien estemos.
Digestivo, pacharán o una buena infusión. Lo importante son las palabras y la compañía, no lo que bebamos.
Si después, tienes ganas de continuar, hace tiempo que la noche es un periodo de tiempo que disfruto con los despertares de mi bebe Fernando.
En el Paseo marítimo está lleno de una gran cantidad de bares y discotecas. Cuidado con los taxis nocturnos. Conseguirlos en verano, es una lotería.
Sábado.
Llegamos a ese sábado en Mallorca, que no es poco. celebramos la alegría de vivir y encima aquí.
Dependerá mucho de donde estés hospedado y lo que te apetezca.
Recomiendo desayunar junto algún mercado municipal.
Los mercados municipales en España siempre han sido preciosos y ahora han evolucionado a mejor.
Calidad, color, atención. Es un hervidero humano, donde puedes disfrutar de los mejores manjares del momento.
En el mercado de Santa Catalina, tanto dentro como fuera de él, hay unos sitios increíbles para desayunar.
Si quieres ver otra cosa más mundana, te recomiendo el Mercado de Pere Garau.
Observaras un mercado más popular, pero súper auténtico.
Recomiendo ir temprano, sobre las 9.00 ya que todavía queda mucho dia.
Mi clásica excursión de un día.
La he narrado tantas veces a mis clientes, qué es un clásico para mi.
Palma-Valldemossa.
Los sábados hay mercadillo en Valldemossa. No pierdas mucho el tiempo en el, ya que lo que merece la pena es el pueblo.
Es un pueblo precioso. El emplazamiento en lo alto del valle, le da un noble orgullo de ser una villa con carácter.
Para saber la historia del pueblo tienes a Google.Tengo que reseñar obligatoriamente a Chopin y George Sand con su clásico “ un invierno en Mallorca” donde no pone demasiado bien a los oriundos mallorquines de la época.
Volviendo a las calles del pueblo. Da gusto pasear, las vistas desde el mirador son espléndidas. A pesar de que es un pueblo hiper turístico, todos los visitantes tienen su protagonismo.
No nos olvidemos de la “coca de patata”, bollo típico del pueblo que se debe degustar con un buen chocolate caliente.
Saliendo de Valldemossa nos dirigimos hacia el pueblo de Deia.
A las afueras del pueblo podemos observar unos olivos milenarios espectaculares que merecen una parada. Que no habrán visto estos árboles.
La carretera hasta Sóller es única. Debes circular despacio y disfrutar del paisaje. Ya se que es un contrasentido, pero es un verdadero balcón al mar desde la sierra de la tramuntana.
No merece la pena pararse en Deia. El pueblo está en un valle impresionante, por un lado la montaña y por el otro un cortado con una carretera de curvas interminables que terminan en una cala de piedras.
Antaño, Deia era un pueblo bohemio de artistas (escritores, pintores). Muy cosmopolita con residentes europeos que marcó una época ya pasada.
Sigue siendo un enclave con una belleza sin igual, donde Michael Douglas tiene la hacienda S’ Estaca y Lady Di, solía disfrutar de fines de semana en el Hotel “ La Residencia”, pero lo descubriremos en otro momento.
Continuamos la carretera y en breve nos encontramos con el desvío de Son Marroig
La posesión de Son Marroig cuyos orígenes se remontan al siglo XVI fue una de las propiedades que adquirió el Archiduque Luis Salvador de Austria tras enamorarse de este de rincón de la costa norte mallorquina. Se encuentraà en una posición privilegiada frente al monumento natural de Sa Foradada.
Seguramente es una de las cinco mejores vistas de Mallorca. Destacaría la luz y el mar. La luz le da unos tonos, que apetece poner a hacer fotos de todo. En el horizonte se funde el mar. Si pudiésemos en línea recta, sería una posible entrada al cielo.
Dejamos Son Marroig y entramos en uno de mis pueblos favoritos, Sóller.
Nuestra excursión de sábado es en automóvil, pero si tienes ocasión en tu vida de tomar el ferrocarril de Sóller, saliendo desde Palma, te lo recomiendo encarecidamente.Merece mucho la pena.
Aparca en el centro y dirígete a la plaza del pueblo.Lo tiene todo. Una iglesia modernista que enamora con tan solo verla. Varias calles fluyen aquí, donde bares, restaurantes ofertan sus productos. Siempre hay un remolino de gente haciendo fotos, esperando el momento de gloria donde la joya de su tranvía atraviesa la plaza.
Os recomiendo comer. Si la gastronomía es mallorquina, mejor que mejor.
Recordar que mis guías siempre son la :No Prisa. Con lo que come, bebe, habla, disfruta. Una vez terminado, un paseo por la calle Luna para disfrutar de sus comercios y al coche para poder terminar la sierra de tramuntana en Pollensa.
Continuamos con nuestra excursión de un dia. Pero conviene aclarar que el Valle y puerto de Soller te dan de sobra para poder disfrutar de 5 días de vacaciones.
Con el conductor bien sobrio, ya que le quedan unas cuantas curvas, cogemos el camino hacia Pollensa.
La sierra de la Tramuntana es patrimonio universal de la UNESCO por méritos propios. Un enclave lleno de magia que hay que andarla, vivirla y quererla.
Nuestro paseo en coche es una pequeña muestra de lo que es.
Pasaremos por los pocos embalses que tiene Mallorca, destacando el “ Gorg blau” y el “Monasterio de Lluc”.
Conviene no entretenerse mucho, ya que nos queda un final colosal.
Una vez lleguemos a Pollensa, nos dirigimos al Puerto de Pollensa y antes de llegar, está muy bien señalizado el desvío al cabo de Formentor.
Son curvas, que nos llevarán a una punta norte de la isla con unas vistas increíbles. Una vez avanzamos la subida, la vista de la Bahía de Pollensa es muy hermosa.
Una vez que lleguemos a la cima, en un paseo tranquilo y sosegado, nos llenaremos del azul del Mar y de ese infinito que marca un horizonte, donde la línea entre mar y cielo, son dos tonos diferentes que podrían ser el ahora y el más allá.
No es políticamente correcto decirlo, pero el Cabo de Formentor es un clásico de los suicidios de Mallorca.Por lo menos contemplaron la belleza, antes de emprender el viaje.
Queridos amigos.Aquí termina la excursión de un día.
Finalmente tienes dos opciones. Vuelves a tu lugar de origen o te quedas en el Puerto de Pollensa o en Alcudia para cenar.
Domingo.
Buenos días gente. Estar en Mallorca y no visitar la Catedral, es un crimen comparado con la no contemplación de la belleza cuando tuviste la oportunidad y no quisiste.
Seas o no creyente, los domingos por la mañana siempre hay misa. La entrada es gratuita al culto, con lo que es una buena opción barata para admirarla.
Después de tanta belleza hay que reponer fuerzas. Busca cerca de Plaza Mayor, algún bar con terraza para disfrutar del desayuno.
Una vez finalizado nuestro desayuno, dependerá mucho de la época del año que te encuentres.
Verano.
Las opciones de playas o calas son innumerables.Para pasar todo el día de playa recomiendo la playa de Es trenc. En el caso de calas, una de mis favoritas es la Cala de San Vicente.
Invierno.
Si te gusta andar y ver paisajes únicos, las excursiones son un gran plan. Hay una marcha muy fácil y preciosa desde Deia hasta el restaurante “ viene de abajo”. El planazo es reservar mesa. Una vez terminada la caminata de unas tres horas aproximadamente, llegas a un restaurante bastante bueno en vistas y en comida. Fundamental que te recojan en tu vuelta a Palma o ordenas un taxi de vuelta.
Otoño.
Las cuevas del Drach, son un espectáculo sin igual. Seguramente serán las cuevas más bonitas que vas a ver en tu vida. Después una buena paella en Porto Cristo.
Primavera.
La primavera en Mallorca últimamente es realmente corta, son muy pocos días, se suele pasar muy rápidamente del invierno al verano. Pero si tienes la suerte de disfrutar de esta época, te recomiendo ir a visitar el pueblo de Orient, en plena Serra de la Tramuntana.
Aprovecha y quédate también a comer.
Los restaurantes son de comida mallorquina bastante buenos.
Llegó la tarde del domingo y el encanto del fin de semana se asoma a su declive. Ya hace años con un grupo de amigos teníamos la buena costumbre de quedar los domingos a las 20.00 horas aproximadamente para despedir el fin de semana. Ni que decir tiene, que alguno de nosotros empezamos el lunes laboral, sin terminar el fin de semana.